
Comienza nuestra ruta por Marruecos. Llegamos directos a Tetuán a saludar a nuestro amigo Mchich, con quien pasamos un bonito día de “aterrizaje” comiendo y paseando por la medina (zona antigua de la ciudad normalmente amurallada). Al día siguiente nos vamos a Chefchaouen, ese pueblito en la cordillera del Rif con su característica medina azul.



A pesar de que el tiempo no nos acompañó mucho y chispeaba un poco, Chefchaouen nos pareció preciosa. Las callejuelas estrechas y empinadas pintadas de azul adquieren su propio brillo. De hecho existe un código según cómo esté pintada la calle: las que están completamente pintadas son calles sin salida, mientras que las que dejan un pasillo sin pintar son calles que conectan con otras. Habíamos muy pocos “turistas” (palabra con la que no nos identificamos mucho, como ya hemos contado en otros artículos), por lo que sentimos el ambiente muy auténtico, viendo a los locales ir y venir en sus compras y quehaceres.
En la plaza Sebanin disfrutamos una escena tan cotidiana como curiosa: los niños pequeños de unos 5 años o menos, recién salidos del colegio y hambrientos (como lo estaríamos nosotros), iban directos a por un pan al horno de la zona y luego se iban a casa ellos solos. Esto nos hizo pensar en cómo influye en el desarrollo de los niños la forma en que los educamos, sea por necesidad, comodidad o incluso ignorancia. Soy incapaz de pensar en que los hijos pequeños de mis amigos vuelvan solos a casa tras el colegio.

Teníamos la opción rápida de ir directamente a Fez por carretera nacional o la opción larga por carreterita sinuosa atravesando el Rif. Ya imagináis cuál elegimos. Y como recompensa disfrutamos del paisaje nevado de cedro del Atlas (aunque seguimos en el Rif). Seguimos dirección Issaguen, más conocido como Ketama, y más conocido por ser punto de cultivo y venta de marihuana, donde te la ofrecen en todas sus variedades aunque ni siquiera pares con el coche.

Finalmente llegamos a Fez. Entrar con la furgo hasta acercarnos a la medina fue toda una odisea y momento de estrés, y eso que sabíamos a dónde íbamos y llevábamos el navegador. Pero fue nuestro primer encuentro más de cerca con el tráfico desordenado, que incluye coches, autobuses, motos, bicis, peatones y burros, todos compartiendo la calle. Por supuesto, una moto nos intentó captar a varios kilómetros del centro para hacernos de guía, para que fuéramos a su alojamiento, para llevarnos a las mejores tiendas... hasta que pronunciamos las palabras mágicas que usaríamos infinidad de veces durante este viaje: “no me interesa comprar nada”. De repente su cara cambió y nos abandonó.



Visitamos la medina dudando de si sería demasiado laberíntica para ir por libre y acabaríamos perdiéndonos. Pero no, con mantenerte por las calles principales no te pierdes. Incluso llegamos a las famosas curtidurías por nuestro propio pie (bueno, salvo los últimos metros que nos guiaron). Pero para nuestra decepción estaban completamente vacías. Todo el colorido que esperábamos ver no estaba.

Nunca nos quedó claro si era por fiesta, como decían algunos guías o por reformas, como decían otros. No obstante, aunque son las más grandes, no son las únicas, y pudimos visitar otra más pequeña que sí estaba en funcionamiento. Aunque hemos de confesar que no es una actividad ni escenario que nos apasione, pero lo consideramos parte de la cultura y tradición de esta zona.

En esta visita, un “guía” nos llevó a la montaña donde ponen a secar las pieles al sol y para ello atravesamos la verdadera medina de Fez. Cuchitriles diminutos donde los artesanos crean los objetos que luego venden en los puestos de las calles principales. Nos sorprendió mucho las condiciones y el poquísimo espacio de trabajo, un cuartucho hecho de madera y metal sin luz, con trastos y basura por todas partes.


Nuestra intención no es comprar, aunque al que le guste tiene para elegir miles de cosas y precios, por lo que con un día nos bastó. Dormimos allí mismo, en el parking donde habíamos aparcado durante el día, teníamos que amortizar los 5 euros que costaba! Y además era de nuestras primeras noches en el país y aún estábamos temerosos, así que algo de vigilancia no nos vendría mal… Al día siguiente nos fuimos rumbo al Medio Atlas. Esta vez nos encontramos con paisajes de grandes cedros aún más nevados.


Cerca de Azrou, sin buscarlo, encontramos una zona donde es muy fácil ver monos de Berbería. Nunca los habíamos visto, y allí pudimos observar a dos grupos de unos 15 monos cada uno. Los más viejos se acercaban bastante, aunque conservando su timidez. Pasamos un buen rato observándolos, como un documental en vivo, hasta que el frío nos obligó a buscar sitio para dormir. Esa fue la noche que llegamos a -13 grados, y al día siguiente la furgo no arrancaba ni con 4 hombres empujando…


Pero como hasta del frío más frío se puede disfrutar, superamos esa noche perfectamente en nuestra minifurgo (con varias capas de ropa, edredón, sacos de dormir…). En unos días llegaremos al desierto y nos tocará lidiar con el calor. Hasta el próximo capítulo!!!
SUSCRÍBETE!!!
Si te ha gustado este artículo, suscríbete a nuestro boletín para no perderte nuestras aventuras, cómics y novedades. Prometemos no ser SPAM, sólo recibirás uno al mes.
Artículos relacionados:
Escribir comentario
Javier, Alicante (jueves, 07 abril 2016 00:10)
Me encanta vuestra crónica, seguir....
Alex (jueves, 07 abril 2016 01:36)
Chicos! qué lujazo d viaje aunque...pensaba q habiais dejado Europa para escapar del frio jur jur jur. Gracias por compartir vuestras andainas, en un pais como Marruecos está siendo el doble d emocionante seguiros! Me encanta!!
Verde por Dentro (jueves, 07 abril 2016 18:38)
Gracias Javier y Álex!!!
Da gusto escribir cuando sabes que te leen... y si encima os mola mejor!
Saludos y seguimos preparando cositas...
pepe y kenza (viernes, 08 abril 2016 10:07)
Las fotos son espectaculares, me encantan, son muy bonitas, Marruecos esta lleno de contrastes que yo no imaginaba, seguir disfrutando.
Diana (sábado, 09 abril 2016 10:09)
Me encanta! Poder recorrer Marruecos en furgo es un sueño. Sé que algún día podré hacerlo realidad! Mientras tanto me quedo leyendo vuestros relatos.
Un saludo viajero!
María Rosa Olivos. (sábado, 09 abril 2016 13:08)
Fue un placer leerlos...volver a vivir lo vivido. Nosotros no sabíamos lo de los códigos de las calles pintadas de Chefchawen...nos costó regresar varias veces jeje.
Espero seguir leyendolos.
Manoli (sábado, 09 abril 2016 22:53)
Hola chicos que tal va vuestro viaje? Ya veo los paisajes tan nevados y con que frio. No parece Marruecos mas te recuerda a Suiza. Pero asi es la vida donde menos te figuras encuentras cosas interesantes, como los monos, Y si te muerden eh¡¡¡¡¡¡¡
Pero seguir asi viendo y conociendo el mundo que hay mucho por ver. Un abrazo y espero el siguiente articulo........
farah (miércoles, 20 abril 2016 17:22)
Very beautiful pictures Pablo and Bea!
It was very nice meeting you and spending a little time with you in Azrou (outside Essaouira). I hope the rest of your trip is going well. The cafe is nearly ready, yey!! Will send you pictures when i go back.
Take care,
Farah